De la domesticación de las especies alimentarias a la revolución verde: ¿Y ahora?

A diminuição da variedade de tipos de Milho é uma das consequências da chamada Revolução Verde. (FOTO: UAGRO)

 

A diminuição da variedade de tipos de Milho é uma das consequências da chamada Revolução Verde. (FOTO: UAGRO)

A diminuição da variedade de tipos de Milho é uma das consequências da chamada Revolução Verde. (FOTO: UAGRO)


La humanidad evolucionó mucho a partir de la llamada Revolución Verde, que consiguió ampliar el control sobre las especies de plantas y aumentar aún más la capacidad de producción y distribución de alimentos. Sin embargo, esto trajo algunos problemas, como la drástica diminución en la variedad de plantas y frutas, substituyéndolas por géneros más fáciles de ser cultivados. Es sobre esta situación y sus consecuencias que el investigador José Forlan Vargas, de la Universidad Estadual Paulista “Júlio de Mesquita Filho” (UNESP), analiza en el siguiente artículo.

De la domesticación de las especies alimentarias a la revolución verde: ¿Y ahora?

Durante 10 mil años de agricultura, las comunidades agrícolas fueron procediendo a la domesticación de las plantas, transformándolas de silvestres a plantas domésticas. Todo ese cambio fue obtenido apenas por la selección empírica realizada por las pequeñas comunidades agrícolas, y reproducida por centenas o millares de generaciones, que no poseían los conocimientos de genética que hoy se tienen sobre la herencia de los caracteres. Este hecho certifica el enorme potencial de la variabilidad genética existente en las especies.

Hasta finales de la edad media, la población, que en su mayoría vivía en el campo, practicando una agricultura que era más de subsistencia, en la cual el campesino dominaba todo el proceso productivo, existiendo, sin embargo, grandes restricciones de la oferta de alimentos. A partir del siglo XVI, se produjo la introducción de las papas de Américas, alimento más energético por unidad de área de los que existían hasta el momento. El escenario europeo sufrió cambios drásticos. A partir de entonces, se hace posible un proceso de migración de una población agrícola-rural para urbano-industrial.
Aliado a las nuevas técnicas agrícolas e implementos desarrollados a lo largo de los siglos XVIII y XIX, tales como la sembradora, el arado de hierro y la rotación de cultivos, el modelo agrícola fue reajustado, es decir, producir en mayor cantidad y de forma eficiente para alimentar la población en los centros urbanos se volvió posible.

Después de la segunda gran guerra, se alteró el escenario geopolítico mundial, siendo entonces propuesto un nuevo modelo de desarrollo agrícola por los países centrales, la Revolución Verde. Esa revolución pasaba necesariamente por la adopción de un “paquete tecnológico”, utilizando equipos para mecanización, fertilizantes químicos y semillas mejoradas.

El uso de cultivos mejorados proporcionó aumentos sustanciales en la productividad agrícola, de esta forma, los programas de mejoramiento genético fueron, y aún son, uno de los pilares de las altas productividades de la agricultura brasilera. Sin embargo, para obtener expresivas ganancias genéticas con las nuevas variedades, hubo pérdida gradual de la variabilidad genética, pues los programas de mejoramiento seleccionan genotipos superiores con base en atributos correlacionados solamente con productividad basados en el “paquete tecnológico” adoptado.

No obstante, ese paradigma debe ser alterado, una vez que la sociedad está buscando alimentos con contenidos elevados de compuestos bio-activos, de mejor sabor, que sean producidos de forma sustentable y que sean adaptados a los diferentes lugares y modos de cultivo.

Para tales objetivos, y otros que pudieran surgir, se debe apelar a la variabilidad existente dentro de cada especie de plantas. Variabilidad esa que fue disminuida en función de la forma en que fue conducido el desarrollo agrícola pautado en la Revolución Verde.

De esta forma, es de extrema importancia que acciones del poder público vengan en el sentido de crear inventarios genéticos, por medio de banco de semillas, que asegurarán el mantenimiento de la variabilidad aun existente dentro de cada especie alimenticia y, de esta forma, garantizar la soberanía y la seguridad alimentaria, sobre todo de agricultores campesinos.

Por: Pablo Forlan Vargas